El primer ministro de Rumanía ha dimitido tras la derrota del partido gobernante ante la extrema derecha en las elecciones presidenciales, agravando la crisis política del país. Esta situación ha generado debate sobre el ascenso de la extrema derecha en Europa y su posible acercamiento a Rusia, planteando interrogantes sobre las futuras alianzas geopolíticas de Rumanía. El líder de la extrema derecha, George Simion, un admirador de Trump, ha jugado un papel significativo en estos resultados electorales, destacando la influencia del populismo en el panorama político rumano. La dimisión del primer ministro profundiza la inestabilidad política en el país, dejando un futuro incierto.