El Sevilla empató 1-1 contra el Leganés en un partido marcado por la frustración y la decepción entre los aficionados sevillistas. A pesar de obtener un punto, el rendimiento del equipo fue ampliamente criticado por su falta de contundencia y juego efectivo, incluso comparándolo negativamente con equipos de menor categoría. La prensa destaca la agonía sufrida en Nervión y califica el partido como un «drama de ‘preferia'» o «un Sevilla de locos», reflejando la inconsistencia y la falta de solidez mostrada por el equipo. El empate se percibe como un resultado insuficiente e inútil para las aspiraciones del Sevilla, dejando un sabor amargo y preocupaciones sobre su futuro inmediato.